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| La Polilla Diurna: Silueta y Advertencia en la Naturaleza Invertebrada de Manta |
Paseando por los bellos parajes de Manta, Los Esteros, hemos tenido la fortuna de encontrarnos cara a cara con una criatura que desafía la noche: la polilla Monocreaga pheloides.
A primera vista, es fácil confundirla con una mariposa, pues esta especie ha adoptado un hábito de vuelo diurno, un rasgo fascinante que rompe con la tradición nocturna de la mayoría de las polillas.
Esta joya alada nos regala un patrón espectacular: un fondo negro aterciopelado adornado con grandes y definidas manchas blancas. Esta paleta de colores no es un capricho de la naturaleza, sino una estrategia evolutiva llamada aposematismo. En términos sencillos, la polilla anuncia a sus depredadores, como pájaros o lagartos, que su sabor no es agradable o que posee defensas químicas, sugiriendo: 'Mírame, soy vistosa y mejor no me comas'.
Afortunadamente, para nosotros y nuestros animales domésticos, la Monocreaga pheloides no representa un peligro, ya que sus defensas químicas están diseñadas para la ingestión por depredadores y no para el contacto humano. Su función en el ecosistema, como polinizadora y parte de la cadena alimenticia, es indispensable, recordándonos el valor de cada ser vivo que encontramos en nuestros caminos de investigación.
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